POSICIÓN DEL MOVIMIENTO VIENTOS DEL PUEBLO ANTE LOS ÚLTIMOS SUCESOS EN VENEZUELA
1. Los hechos que se están suscitando en Venezuela responden a dos elementos centrales: la disputa entre la burguesía burocrática y compradora, la primera encabezada por Maduro y Diosdado Cabello, y la segunda representada por Guaidó; y la disputa interimperialista entre el eje China-Rusia y Estados Unidos, conflicto que aún no alcanza los niveles necesarios para una conflagración mundial, pero que se halla en dicho camino.
2. El imperialismo estadounidense busca asegurar y reafirmar su control sobre Latinoamérica. Si bien para ambos bandos imperialistas Asia representa la región más importante
en cuanto a recursos e intereses geo-políticos, y es seguramente allí donde se definirá quién será la potencia hegemónica para las siguientes décadas, América Latina
constituye también una zona de gran importancia; sin embargo EEUU ha perdido peso en la región después de la quiebra del modelo neoliberal (que vuelve a replantearse) y el
ascenso del socialismo del siglo XXI, que impulsó la influencia del imperialismo chino en varios países como Venezuela, Bolivia, Brasil, y Ecuador. En algo debemos estar
claros, EEUU no ha perdido su carácter de principal potencia opresora en Latinoamérica, pero el imperialismo chino viene ganando espacio.
3. El gobierno de Maduro, como el de Chávez, y todos los del socialismo del siglo XXI, no son más que representantes de la burguesía burocrática, una facción de la clase
dominante que utiliza el Estado como palanca de acumulación y enriquecimiento. Venezuela no es, ni fue un país socialista, ni siquiera un país antimperialista o progresista,
pues siempre ha estado bajo la órbita de la dominación extranjera: estadounidense o china. Por lo tanto, lo que está en juego no es la lucha del pueblo, no es la defensa del
socialismo, o una lucha anti-imperialista, sino simplemente una disputa interimperialista e interburguesa, entre bandos que buscan atraerse a las masas para usarlas como carne
de cañón.
4. Los burgueses compradores que están representados hoy por Guaidó, y anteriormente por López, Capriles y demás, ya han gobernado Venezuela, sumiéndola también en la miseria,
la pobreza, el desempleo, la inflación y la crisis. Basta recordar por qué asciende a escena Hugo Chávez, y es precisamente en pugna contra el gobierno hambreador y represor
de Carlos Andrés Pérez. La burguesía compradora es una clase usurera, parásita e inútil que jamás pudo desarrollar la industria venezolana, resolver el problema agrario o
estimular la producción, hoy pugna por volver a la administración del Estado con apoyo del imperialismo estadounidense.
5. Los sectores compradores y burocráticos han hecho de Venezuela un país con una economía primario-exportadora, dependiente del petróleo, con escaso desarrollo industrial. Su
disputa es simplemente por la administración del Estado para maximizar sus beneficios como facción burguesa.
6. El carácter militarista, guerrerista y ocupador del imperialismo estadounidense nuevamente queda en evidencia. Rechazamos su injerencia en Venezuela y la posición miserable
de los gobiernos (como el de Moreno) y organismos que dependen directamente de éste (ONU y la OEA) y que avalan resueltamente los hechos que se viven actualmente. Ninguna
intervención directa puede ser aceptada.
7. La dominación imperialista no se ejerce sólo mediante la represión al pueblo, los golpes de Estado o las invasiones. El carácter semicolonial de un país se define
especialmente por el control de su economía. En tiempos de paz o de guerra el sometimiento se mantiene. La dominación imperialista es estructural y no se manifiesta sólo a
través de la invasión. EEUU ha utilizado las dos variantes históricamente. El imperialismo chino ha extendido sus tentáculos a través del endeudamiento que le asegura tanto la
construcción de infraestructura como el control de los sectores estratégicos.
8. Los organismos burgueses internacionales y las potencias imperialistas lo más probable es que busquen asegurar una transición institucional mediante elecciones que permitan
el regreso de los sectores compradores. Sin embargo llegar a ese punto se definirá por la posición que tomen las fuerzas armadas como ha ocurrido históricamente en
Latinoamérica.
9. Lamentablemente en Venezuela no se visibiliza la existencia de grupos de inspiración revolucionaria y así el pueblo es arrastrado a seguir siendo apéndice de una u otra
facción burguesa, en ese sentido, por más que exista inconformidad y rabia, el descontento se canalizará a una re-oxigenación y renovación del aparato estatal que no
modificará las condiciones de vida de los sectores populares.
10. Cada vez es más urgente el desarrollo de una línea proletaria y organizaciones que establezcan una alianza entre obreros, campesinos, estudiantes, trabajadores informales
y todos los sectores oprimidos históricamente en Venezuela.
Movimiento Vientos del Pueblo.
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DOCUMENTOS DEL PROGRAMA COMUNISTA:
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http://www.pcint.org/40_pdf/05_supp-elpc-pdf/Suppl_4_Num-46-w.pdf PROGRAMA
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http://www.pcint.org/05_supp-elpc/01%20Som-supp-%20ElPC.htm PROGRAMA
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DEL GRUPO DE PROPAGANDA MARXISTA:
Nuevamente se pone en evidencia la crisis histórica de dirección revolucionaria que padece el proletariado internacional. El movimiento obrero y popular venezolano y latinoamericano hoy están en la encrucijada de someterse a los designios del imperialismo yanqui y sus lacayos (Grupo de Lima, etc.) y el régimen nacionalista burgués chavista, apadrinado principalmente por Rusia y China (ambas potencias capitalistas rivales de Estados Unidos).
¡RECHAZAR EL INTERVENCIONISMO IMPERIALISTA!25.01.19
ACERCA DE CHAVEZ Y SU PARAFERNALIA… Y EL CORREISMO.
El pasado miércoles 6 de marzo falleció Hugo Chávez, inmediatamente la fantasía política de la “izquierda” salió a flote. Declaraciones como “ha muerto el líder socialista de Latinoamérica” o “pongámonos en pie de lucha ante la inminente invasión yanqui”, se escuchaban o leían en las publicaciones de intelectualillos eclécticos de cafetín, colectivos postmodernos, o partidos reformistas tradicionales. Todos realizaban una oda sobre el supuesto revolucionario y llamaban a preservar los aires de cambio que según ellos recorren Latinoamérica.
Esta izquierda ecuatoriana que históricamente ha sido una combinación de ambigüedad política con oportunismo, defiende a Hugo Chávez mientras ataca a Rafael Correa, cuando ambos han sido de los máximos representantes de esa farsa denominada socialismo del siglo XXI, que se disfraza de revolucionaria para dirigir la reestructuración y modernización de los Estados en crisis de varios países del continente. Cumplen con el axioma de cambiar algo para no cambiar nada. Son fieles re-presentantes de los intereses de algunos sectores de la burguesía tradicional pero especialmente de los de una nueva burguesía que utiliza el Estado como palanca de ascenso económico. Además de mantener los negocios del imperialismo a buen recaudo, Este socialismo del siglo XXI es una nueva prefiguración política de la burguesía, Marx y Engels ya denunciarían en el Manifiesto Comunista estos socialismos reaccionarios:
“Este socialismo intenta apartar a los obreros de todo movimiento revolucionario… por transformación de las condiciones materiales, este socialismo no entiende, en modo alguno, la abolición de las relaciones de producción burguesas -lo que no es posible más que por vía revolucionaria- sino reformas administrativas sobre la base misma de las relaciones de producción burguesas, y que, por lo tanto, no afectan a las relaciones entre el capital y trabajo asalariado…”
El modelo de Chávez es similar al de Correa en líneas generales: una economía primario exportadora que sobrevive gracias al petróleo; un Estado que interviene directamente en la economía representando la alianza entre el capital privado y el capital estatal; ataque a los medios de comunicación tradicionales y desarrollo de un aparataje de propaganda estatal concentrador y sistemático; represión; corporativismo; caudillaje populista; control omnímodo del ejecutivo; negociados; aumento de la dependencia con China; sostenimiento de relaciones pre-capitalistas; etc. Por ello resulta jocoso que quienes critican aquí a Correa alaben a Chávez.
Los dos representan a esa putrefacta corriente denominada socialismo del siglo XXI que es la nueva emboscada contra las masas populares. Es vital desenmascarar esta intentona burguesa que pretende anular las formas de resistencia social independiente y que buscan institucionalizar y desarmar las variantes organizativas de los sectores populares promulgando la “vía pacífica y democrática de la revolución” y la “inclusión” de los sectores populares en el Estado Burgués. Movimiento Vientos del Pueblo.
Revista Conciencia Revolucionaria.
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Indigenismo y «socialismo del siglo XXI»: sólo la lucha del proletariado podrá liberar a la humanidad de la barbarie capital
Uno de los componentes ideológicos que nutre el llamado “socialismo del siglo XXI” es la defensa del legado étnico precolombino. De manera general, es también un tema propio de los Foros Sociales Mundiales y del movimiento altermundialista.
Génesis y evolución del capitalismo siglos XV-XVI
En el proceso de acumulación originaria de capital1, jugaron un gran papel, como señalaba Carlos Marx, la conquista, la esclavización, el robo, el asesinato y la violencia; el descubrimiento de los yacimientos de oro y plata en América, el exterminio y sometimiento de la población indígena, “el saqueo de las indias orientales y la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros”, formaron parte fundamental de los albores de la producción capitalista.
El avance económico del capitalismo en estos siglos se apoyó, por un lado, en la expropiación a la población campesina europea de las tierras de cultivo (el caso de Inglaterra es particularmente ilustrativo) y en el sometimiento de esa misma población por parte de la burguesía al régimen del trabajo asalariado, revistiendo estos hechos un carácter violento e inhumano, favorecidos por una legislación aplicada con especial rigurosidad en Francia e Inglaterra, que perseguía “a sangre y fuego a los expropiados”.
Destaca Marx, que esta masa de población no pudo incorporarse, o ser absorbida por la industria manufacturera con la misma rapidez con que eran obligados a abandonar su acostumbrado modo de vida, por lo que muchos de ellos terminaron convirtiéndose en mendigos, vagabundos y ladrones. La burguesía, no conforme con haberlos desarraigado, los persiguió propinándole los castigos más horrorosos, ¡para que se pusieran a trabajar!2. Es decir, la violencia impuesta por la burguesía naciente en el continente europeo, fue complementada con la violencia practicada durante la conquista y colonización de las Indias Occidentales.
Es necesario tener en cuenta, que el régimen capitalista surgió en el seno la sociedad feudal y paulatinamente fue socavando las bases que la sustentaban: convirtió al siervo de la gleba en un “vendedor libre de fuerza de trabajo” despojándolo de todos sus medios de producción, “eliminó las reglamentaciones propias de los gremios que impedían el desarrollo de la producción y la libre explotación del hombre por el hombre.”3.
La burguesía resultó entonces una nueva clase explotadora (suplantando a la vieja aristocracia feudal), producto de un largo desarrollo y de una serie de transformaciones en el modo de producción; la creación del mercado mundial se correspondía con esa necesidad de la burguesía de dar salida a sus mercancías; el crecimiento de las fuerzas productivas (perfeccionamiento de las técnicas de producción, así como los progresos en los medios de comunicación), abrió un amplio campo de acción a la burguesía, lo que le permitió incorporar nuevas regiones del mundo convertidas entonces en mercados potenciales. “No son pues los grandes descubrimientos los que traen consigo el desarrollo del capitalismo, sino, al revés, es el desarrollo del capitalismo en Europa lo que permite esos descubrimientos, ya sea en el plano geográfico, ya sea en el de las técnicas. Colón, como Gutemberg, es el producto del desarrollo histórico del capital.” (1492: “Descubrimiento de América”. La burguesía celebra 500 años de capitalismo. Revista Internacional N° 70, Corriente Comunista Internacional.)
El “paraíso perdido” de las comunidades precolombinas
Cabe preguntarse entonces, en qué situación se encontraba la población indígena que habitaba el continente americano al momento del contacto con los europeos.
En principio, fueron los mismos progresos que materialmente lograron algunas tribus americanas, lo que les permitió conformar verdaderos imperios, como el Azteca o el Inca. A cada paso logrado en la apropiación de los recursos naturales, utilizando métodos cada vez más avanzados (ampliando así la producción para mantener una masa poblacional en crecimiento), correspondió un cambio en las relaciones sociales y de dominio político que se establecía no sólo al interior de éstas comunidades, sino también, con respecto a otras tribus.
El dominio de zonas a través de la guerra, el saqueo o el sometimiento, se convirtió en un factor fundamental para el aprovisionamiento o la obtención de nuevas tierras cultivables; de igual manera el pago de tributos y la construcción de un complejo y eficiente sistema administrativo de recaudación, fueron aspectos importantes en la aparición de una autoridad central (Estado) manejado por un linaje que concentraba poderes militares y religiosos, sobre una comunidad de súbditos.4
De esta forma, la división en clases privilegiadas y tributarias, la guerra, el saqueo, el Estado, la esclavitud a que eran obligados los prisioneros de guerra, no eran desconocidos para estas culturas. Es cierto que no pueden compararse históricamente con los métodos de explotación y el control brutal del Estado capitalista actual.
De igual manera, no se trata de subestimar la crueldad, el terror y el exterminio, como métodos para someterlas; sin embargo, tampoco se puede tener una visión según la cual, los hombres no sufrían ningún tipo de sojuzgamiento, eran tratados todos por igual y todo era armonía y felicidad. Cabe resaltar, que aun cuando las altas culturas centroamericanas, andinas o mexicanas lograron progresos en el crecimiento de las fuerzas productivas, eran sumamente vulnerables a los cambios climáticos naturales, a las enfermedades, haciendo de sus vidas una faena muy dura, al borde del peligro que representaban las hambrunas, las sequías o las inundaciones.
Por más que muchas de éstas culturas practicaran la solidaridad y la cooperación, ello no impidió que algunas desaparecieran como consecuencia del bajo desarrollo de las fuerzas productivas o de las guerras. Si llegaron a practicar una producción colectiva y un consumo que se efectuaba bajo un régimen de reparto directo de los productos, fue porque el desarrollo de las fuerzas productivas que habían alcanzado, hacían prácticamente imposible que un individuo pudiera actuar y subsistir separado de la comunidad; por consiguiente, era imprescindible un trabajo mancomunado para asegurar las necesidades más vitales y la protección frente a amenazas externas.
La teoría marxista del socialismo.
Cuando decimos que el capitalismo representa el mayor avance alcanzado por la humanidad en el desarrollo de las fuerzas productivas, expresado en un control cada vez mayor de las fuerzas naturales a través de los conocimientos científicos y la aplicación de éstos con creciente rigurosidad al campo de la producción, con lo que la humanidad ganó la posibilidad de librarse de la penuria, las enfermedades o el hambre (lo cual sólo será posible de manera definitiva tras la abolición del sistema capitalista y el desarrollo del comunismo), no estamos justificando el exterminio de etnias enteras durante la llamada “conquista y colonización de las indias occidentales”, o porque tengamos una visión “eurocentrista”, como podrían acusarnos los sectores de la izquierda del capital o izquierdistas que hoy hacen loas al “socialismo del siglo XXI”.
El llamado “descubrimiento” no puede verse sólo como el producto de la ambición de Colón o de los españoles, o como algo fortuito, que pudo o no haber pasado, ahorrándole a la humanidad el sufrimiento. Tal como lo explica Marx en el Prólogo de la contribución a la critica de la Economía Política, el modo de producción capitalista es la expresión de una serie de cambios en la producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de las fuerzas productivas, a las cuales corresponden determinadas relaciones de producción. El capitalismo se sirvió de este desarrollo de las fuerzas productivas para imponerse, obligando a numerosas culturas a adoptar sus relaciones de producción, basadas en la explotación del trabajo asalariado.
Sin embargo, el capitalismo al igual que otras sociedades de clase del pasado no es eterno, ya que como agrega Marx en el texto antes citado: “Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas y se abre así una época de revolución social.” Estas contradicciones se expresan, históricamente, desde el momento en que el capitalismo ya no puede encontrar nuevos mercados en los cuales reproducir sus relaciones de producción, agudizando así la crisis de sobreproducción, es decir, el hecho de que la producción de mercancías generadas es inmensamente mayor que la capacidad de los mercados existentes para absorberla.
Ya a principios del siglo XX, la imposibilidad de encontrar nuevos mercados, debido a que las principales potencias desarrolladas de entonces ya se los habían repartido, marcan el final de la fase de ascendencia, abriendo un período de confrontación entre los países más desarrollados por un nuevo reparto de mercados, lo que llevó a la I Guerra Mundial, dando paso a la fase de decadencia, caracterizada por las confrontaciones bélicas y una destrucción cada vez mayor de fuerzas productivas.
Llegado a ese punto, lo que le queda al capitalismo es explotar de manera más brutal los mercados existentes, llevando a las diferentes burguesías del mundo a arreciar la explotación y los ataques contra las condiciones de vida del proletariado. Tanto en su período de ascendencia como en la decadencia, el capitalismo es un sistema que ha vivido de la explotación del trabajo asalariado; es un sistema en el cual la acumulación de capital sólo se produce abaratando cada vez más la mano de obra, lo que resulta en un incrementando de la pobreza, el hambre y la miseria.
Sin embargo, no es suficiente que las condiciones históricas estén dadas para un cambio revolucionario de la sociedad, hace falta la acción de una clase que actúe como sujeto de transformación. Es el proletariado, o la clase asalariada, debido a que es la clase explotada y productora de la sociedad, capaz de desarrollar una consciencia revolucionaria, quien dará al traste con el capitalismo.
La posibilidad del comunismo, se abrió desde el momento en que el capitalismo entró en decadencia, pero sólo será posible a través de una revolución proletaria mundial (no construyendo “paraísos socialistas” nacionales), que destruya de raíz las relaciones capitalistas de producción y disponga para beneficio de la humanidad, todos los avances de las fuerzas productivas alcanzadas hasta ahora, con lo cual el proletariado y demás capas explotadas de la sociedad podrán librarse del “imperio de la necesidad” y construir una sociedad donde reine la abundancia.
La “explicación” chavista de la necesidad del socialismo
Según la visión de los teóricos del “socialismo del siglo XXI”, el capitalismo estaría acabado como experiencia civilizatoria, debido a que sólo ha dejado a su paso miseria y destrucción de pueblos y culturas. Las regiones periféricas del capitalismo, estarían en el atraso; la democracia realmente participativa habría sido truncada por el imperio de las transnacionales foráneas.
La “solución” a esta situación sería un “socialismo adaptado” a nuestras necesidades.5. Se trata en fin de cuentas, de “hacer realidad” las promesas de emancipación (justicia, libertad, igualdad social, democracia) que prometió el pensamiento ilustrado burgués. No pretende acabar en el fondo, ni con la propiedad privada (sólo plantea su sustitución en términos jurídicos por la propiedad colectiva en manos del Estado), ni con la explotación del trabajo asalariado, ni las relaciones mercantiles, que son los fundamentos del capitalismo, sólo pugna por hacerlas “más justas”, “más humanas”, “más adaptadas”, a las especificidades venezolanas.
En el mito chavista del “socialismo” sólo existen pobres contra ricos, naciones poderosas contra naciones pobres. Constituye una visión ahistórica, (aun cuando presume de “marxista”) que llega hasta el extremo de remontar el neoliberalismo, ¡nada más y nada menos que al siglo XV! como lo ha expresado “brillantemente” Heinz Dieterich. Para nada cuenta el análisis de la evolución de las fuerzas productivas y la forma como esta situación se expresó en determinadas fases por las que ha atravesado el capitalismo.
Las contradicciones del capitalismo serían “solucionables” precisamente a través de la “profundización de la democracia”, es decir, manteniendo la dominación ideológica y la explotación de la burguesía sobre el proletariado. Ya este último no sería el sujeto histórico de transformación, sino que lo serían los desposeídos, los marginados, los excluidos, consistiendo dicha transformación en la “conquista de la democracia”. No sólo es una visión ahistórica sino retrógrada y fundamentalista, al pretender que “la vía al socialismo” sería posible imitando sociedades del pasado. En esto consiste la “novedosa teoría del socialismo del siglo XXI” un verdadero veneno para el proletariado, que nada tiene que ver con una visión de clase, marxista.
Para mantenerse como clase explotadora y tener un dominio ideológico sobre el proletariado, la burguesía ha creado la ilusión de la democracia, de la igualdad social, de la justicia. No es incorporándose a la legalidad burguesa (inclusión de los derechos de los pueblos indígenas en la constitución bolivariana) como éstos van a poder salir del abandono, de la miseria a que han sido reducidos por el capitalismo. No es soñando con “paraísos perdidos” que el proletariado va a poder librarse de la explotación capitalista; no es viendo con nostalgia el pasado, emulando estadios históricos donde reinaba la necesidad y la precariedad que podrá construir una perspectiva de transformación real y de futuro.
El capitalismo una vez que destruyó las culturas precolombinas, imponiendo sus relaciones de producción, fue incapaz de incorporarlas a su sistema, cayendo éstas en una situación en la cual quedaron privadas de todo medio de subsistencia, condenadas a convertirse muchas de ellas en masas de indigentes que hoy deambulan por las calles de las principales ciudades del país.
No serán las lágrimas de cocodrilo, ni la apología de su lucha contra los invasores que hoy pregonan hipócritamente Chávez y sus acólitos lo que las sacará de esta situación; sólo la lucha del proletariado, cuyo objetivo es la destrucción del capitalismo y de sus instituciones, es la única vía no sólo para liberarlas de ésta pesadilla, sino para construir el socialismo. La solidaridad del proletariado no se limita a la cooperación propia de la subsistencia, para soportar resignadamente la explotación; la destrucción de la explotación y la barbarie capitalistas son la mayor y más genuina expresión de la solidaridad de clase.
Aug. /Octubre 2005
1 “Por tanto, el proceso que engendra el capitalismo sólo puede ser uno: el proceso de disociación entre el obrero y la propiedad sobre las condiciones de su trabajo, proceso que de una parte convierte en capital los medios sociales de vida y de producción, mientras de otra parte convierte a los productores directos en obreros asalariados. La llamada acumulación originaria no es, pues, más que el proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción.” C. Marx, La llamada Acumulación Originaria .El Capital. Tomo I. Cap. XXIV
2 Estas leyes fueron aplicadas en Europa entre los siglos XV y XVIII. Como un ejemplo de lo que contemplaban, un estatuto aprobado durante 1752 en Inglaterra establecía que: “Los mendigos sin licencia y mayores de catorce años serán azotados sin misericordia y marcados con un hierro candente en la oreja izquierda, caso de que nadie quiera tomarlos durante dos años a su servicio.” Marx, La acumulación Originaria.
3 En el “Prólogo de la contribución a la critica de la economía política”, Marx señala que ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas contenidas en su seno y que jamas aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua . La ampliación de las rutas comerciales, la producción manufacturera, la conversión del dinero en capital, fueron progresos que mostraban el desarrollo de las fuerzas productivas, siendo el signo de que un nuevo modo de producción estaba surgiendo y con el una nueva clase explotadora, la burguesía. Este desarrollo de las fuerzas productivas se veía obstruido, por el antiguo aislamiento y autarquía del modo de producción feudal, lo que condujo a su decadencia y definitiva desaparición.
4 “Los mexica (etnia o pueblo que formó la base de la civilización azteca), debieron asegurar el suministro de los productos de primera necesidad y la vía que escogieron fue la conquista. De esta forma fueron obteniendo tierras en que sembrar y aseguraron la reproducción del sistema. A ese motivo obedecen la prolongada guerra contra Chalco y la conquista de Huaxteca. Ambas siguieron a agudas crisis de hambre en la metrópoli. El tributo proporcionó al estado un elevado volúmen de ingresos. Cada una de las 38 provincias tenía asignada una cantidad en la que figuraban alimentos (maíz, frijol, chía), objetos de lujo, textiles, materias primas y mercancía-moneda.” Historia de Iberoamérica. Prehistoria e Historia Antigua. Sociedad para la Conmemoración del V centenario del descubrimiento (1992). Editorial Critica. Tomo I. (p.380).
En el caso de los Incas, tenemos que: “Parece ser que el móvil principal de las conquistas incaicas fue el ansia de poder, el ideal imperialista, pues ningún enemigo los amenazaba seriamente. , ni se hallaban necesitados de más espacio vital para asegurar su subsistencia. Los ejércitos incaicos, lo mismo que otros ejércitos imperialistas ,estaban formados en gran parte por tropas reclutadas entre los pueblos sometidos.”. Arellano, F. (1986). Una Introducción a la Venezuela Prehispánica. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello.
55 “Apoyados en la experiencia histórica, podríamos demostrar que la forma capitalista utilizada en Venezuela hasta el presente no tiene capacidad para eliminar la pobreza, la desigualdad y la injusticia social y , en consecuencia, no es viable para construir una verdadera democracia; ello ha demostrado que ésta sólo puede ser lograda por y en un socialismo originalmente nuestro, que responda a nuestras propias especificidades.”. Mario Sanoja . El Socialismo venezolano del siglo XXI. Cultura y procesos económicos. Question N° 37, Julio 2005
El “Socialismo Bolivariano”: versión izquierdista del “capitalismo salvaje”
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La izquierda y los izquierdistas dan su apoyo incondicional a regímenes como el de Chávez con el fin expreso de que los trabajadores se dejen explotar mansamente por las facciones burguesas “progresistas” y “revolucionarias” ahora en el poder. Por su parte, los sectores burgueses contrarios al régimen, lo califican de “comunista”, para de esta manera intentar ganar al proletariado a su proyecto de explotación de “democracia social”.
La crisis capitalista: una mala jugada para el “socialismo del siglo 21”
A pesar de las campañas del Estado, que pretenden obviar los efectos de la crisis, ésta ha dejado al descubierto la fragilidad de la economía venezolana: que se sustenta fundamentalmente en los ingresos petroleros; con políticas de capitalismo de Estado a ultranza que han debilitado al capital privado y al propio capital estatal; que prácticamente tiene que importar todo lo que consume; que pretende desarrollar una “revolución” continental, exportando a un alto costo la franquicia del “Socialismo del Siglo 21”, que lo lleva a constantes enfrentamientos con los Estados Unidos, su principal cliente comercial[1]. Este conjunto de factores colocan en desventaja a la burguesía venezolana ante la crisis.
Las propias cifras oficiales y de organismos como la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) o el FMI, registran la gravedad de la crisis económica: Venezuela, junto con la paupérrima Haití, fueron los únicos dos países de América Latina y El Caribe que no crecieron en el 2010, tercer año consecutivo de decrecimiento del PIB del principal país exportador de petróleo de la región[2]. Mientras el resto de las economías de la región mantienen en su mayoría tasas de inflación bajas o moderadas, Venezuela tiene la inflación mas alta de la región y una de las mas altas del mundo: cada uno de los últimos 3 años ha sido del 27% en promedio y se estima que en 2011 supere el 28%; tasas de inflación que hacen “sal y agua” salarios y pensiones de los trabajadores, así como las ayudas que da el Estado a través de los planes sociales.
Pero la propia gestión económica del régimen chavista y la exportación del “Socialismo del Siglo 21” tiene sus costos económicos:
-las medidas de expropiación y controles contra sectores del capital privado adversarios al régimen: aparte de debilitar el aparato productivo, han debilitado las exportaciones no petroleras y acentuado el carácter importador de la economía. Una consecuencia de tal política es que se importan un 70% de los alimentos, porcentaje nunca visto en el pasado; situación prácticamente insostenible, debido al alto volumen de gastos del Estado por este concepto, que tiende a agravarse debido al alza del precio de los alimentos a nivel mundial.
-las medidas de control de cambio y de precios asumidas por el Estado ocasionan escasez de alimentos y productos básicos, lo que repercute de manera directa en el aumento de precios y la especulación.
-el fracaso del régimen en reestructurar la sociedad y la economía bajo el control de una “nueva” burguesía nacional, que se expresa en una dificultad creciente para establecer un estado de derecho confiable para la inversión extranjera, ha ocasionado que ésta se encuentra en sus mínimos históricos. Así mismo, se ha acumulado un creciente abandono del mantenimiento de la infraestructura industrial, que afecta inclusive a la industria petrolera (que genera el 95% de los ingresos de la nación por exportaciones), que carece de las inversiones necesarias para mantener e incrementar la producción de hidrocarburos. También se descuidaron las inversiones y mantenimiento de la infraestructura vial, y del servicio eléctrico, que presenta continuas fallas y racionamiento.
-los ingresos petroleros (que se incrementaron de manera significativa en el 2011 debido a la crisis en Libia) no son suficientes para saciar la voracidad del Estado; se esfuman en presupuestos “alternos” al presupuesto nacional, manejados directamente y de manera discrecional por el Poder Ejecutivo (con la excusa de agilizar la “inversión social”); forma de gestión del régimen que ha facilitado la conformación de una vasta red de corrupción que abarca a varios niveles de funcionarios públicos y militares, que lleva de fracaso en fracaso los planes que deberían respaldar el “desarrollo” económico;
-la política exterior del régimen, que consume montos importantes en dólares en forma de regalos, sobornos o facturas petroleras con descuentos a varios países de la región (principalmente los pertenecientes al ALBA[3]); mientras que puertas adentro, el proletariado recibe los ataques más brutales del “gobierno socialista”;
-los elevados sueldos y “beneficios” de los altos burócratas del Estado, tanto civiles como militares, como forma de garantizar su “lealtad al proceso”; mientras un buen número de trabajadores sobreviven apenas con algo mas del salario mínimo (equivalente mas o menos a $150 mensuales según la tasa de cambio no oficial);
-incremento significativo de los gastos militares[4], con la excusa de enfrentar la amenaza de invasión del “imperialismo yanqui” para apropiarse de los recursos energéticos.
Al igual que otras economías del mundo, la de Venezuela ha tenido que refugiarse en un crecimiento del endeudamiento del Estado. El crecimiento de la deuda se ha acelerado de manera significativa en el 2011 con la aprobación por la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional de una ley que permite al gobierno incrementar el monto de la deuda por mas de 20 mil millones de dólares supuestamente con el fin de financiar la construcción de viviendas (aunque todo indica que es para cubrir los gastos de los planes y campañas en función de las próximas elecciones presidenciales). Aunque la deuda total del Estado, que incluye la de la estatal PDVSA y los préstamos de China y otros países (del orden de 150 mil millones de dólares, equivalente a un poco mas del 40% del PIB) es todavía manejable, los expertos en economía señalan que de seguir el actual ritmo de endeudamiento, se podría llegar a un “default” (imposibilidad de pago del servicio de la deuda) dentro de tres años. En ese sentido, Venezuela en pocos años podría estar como en la situación de Grecia, país que ha requerido del auxilio de los países de la Comunidad Europea para poder pagar los intereses de la deuda; imponiendo a los trabajadores y la población griega un severo plan de austeridad.
El régimen chavista no puede echar atrás su política capitalista de Estado a ultranza, no tiene otra opción sino una “huída hacia delante” para defender los supuestos logros de la “revolución”: este año se han arreciado las expropiaciones y presiones sobre la empresa privada con la consigna de “radicalizar la revolución”, así como el control de precios, lo que indudablemente agravará la escasez de productos y la crisis económica. Medidas estas que han incrementado de manera significativa el riesgo país, lo que encarece y dificulta las fuentes de endeudamiento externo y aleja la inversión externa e interna.
El comportamiento negativo de la economía, muestra que la crisis mundial del capitalismo ha afectado de manera importante la aplicación del “Socialismo del Siglo 21” y las aspiraciones de la burguesía venezolana de hacer del país una “potencia económica”. Todo parece indicar que la burguesía venezolana estaba menos preparada que otras burguesías de la región para enfrentar los embates de la crisis económica mundial, la cual ha puesto al descubierto la fragilidad de la economía venezolana.
El chavismo recurre al mismo remedio que las burguesías del mundo: acentuar las medidas de austeridad
Al tiempo que echa mano de cualquier argumento ideológico para sustentar su “Socialismo del Siglo 21”, el gobierno de Chávez se ha visto obligado a tomar medidas para apuntalar la débil economía: devaluación del bolívar en un 65% en enero del 2011, después de una devaluación del 100% a comienzos de 2010; atentado permanente contra los salarios y beneficios laborales, como a los planes de alimentación y de salud; aumento de las tarifas del servicio eléctrico, con el justificativo de detener “el derroche de electricidad”, lo que afectará de manera dramática el costo de la vida; también se ha considerado el aumento del precio de la gasolina (la mas baja del mundo), del IVA y otros impuestos. Estas últimas medidas han sido pospuestas, debido probablemente a la situación que se vivió en Bolivia en diciembre pasado, cuando el gobierno de Evo Morales después de decretar el aumentó del precio de la gasolina, tuvo que revertir esta medida debido a las protestas que se generaron a nivel nacional, que erosionaron su popularidad de manera importante.
Como una consecuencia de los altos niveles de inflación, los salarios han sufrido un deterioro importante: según la CEPAL y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en términos reales los salarios de los trabajadores venezolanos cayeron poco más de 8% al cierre del primer trimestre de este año con respecto a igual período de 2010, siendo el único país de la región con una caída de los ingresos laborales.
Aunque las cifras oficiales señalan una disminución del desempleo colocándolo en 8,1%, esos mismos organismos indican que la tasa en Venezuela, está por encima del promedio latinoamericano. Como en muchos otros países, la realidad es que ha crecido el empleo precario tanto en el sector público como el privado: según un estudio reciente realizado por la Universidad Católica Andrés Bello, un 82,6% de la fuerza laboral venezolana tiene un empleo precario[5]. Pese al empeño del régimen chavista de maquillar las cifras, la realidad es que los niveles de pobreza estructural se han mantenido.
A nivel social, se han debilitado los planes sociales (llamados “Misiones”) que se inventó el chavismo para vender “los logros del socialismo”, orientados a repartir migajas a los sectores mas pauperizados. Hoy, los planes de salud, educación, distribución de alimentos[6], etc., están en proceso de abandono o muy debilitados.
Es un hecho que la totalidad de servicios públicos están en pleno deterioro. Situación, que junto con la escasez casi permanente de varios productos de la dieta básica, el constante aumento de los precios de alimentos y productos de primera necesidad; que principalmente padecen los proletarios y los sectores más necesitados, mientras los grandes jerarcas del régimen y sus allegados no pueden ocultar la opulencia en que viven. Cualquier parecido con algún país árabe o africano no es pura casualidad!!
Un aumento importante de las luchas y las protestas sociales
En este contexto, la situación social también presenta un giro importante: el proletariado de la industria petrolera, que sufrió un duro golpe con el despido de casi 20.000 empleados en el 2003 después del paro petrolero promovido por sectores de la oposición, ha realizado movilizaciones por el incumplimiento de los beneficios contemplados en la contratación colectiva. También importantes contingentes de empleados públicos del sector salud, educación y de la administración central, se movilizan para exigir aumento de salarios y mejores condiciones laborales, después de varios años de vencimiento de sus contratos colectivos.
Pero las más resaltantes son las luchas que realizan desde hace más de dos años los trabajadores de la Zona del Hierro en Guayana, al sur del país, que concentra alrededor de 20 empresas básicas del Estado y a más de 100.000 trabajadores. Para tratar de confundir a los trabajadores de esta zona y desviar su combatividad, el gobierno ha intentado varios esquemas de producción “socialista”: después de intentar la “autogestión” en ALCAS (empresa productora de aluminio), y realizar la nacionalización de la siderúrgica Sidor, ahora se intenta a toda costa implantar el “control obrero” de la producción, echando mano de forma desesperada a esta bandera trotskista (ver artículo en esta revista).
Esta situación refleja un incremento significativo de las protestas sociales en el 2011, que de seguro superarán las más de 3000 protestas contabilizadas en el 2010, que a su vez superaron todos los récords registrados en años anteriores. Ello supone una erosión importante en el apoyo a Chávez, pues se dan con mayor frecuencia en los sectores mas empobrecidos, su principal base de apoyo.
Un ejemplo reciente y patético de estas protestas ha sido la de los familiares de los presos de varias cárceles del país, quienes han sido reprimidos de manera despiadada por las fuerzas del Estado al protestar por el hacinamiento y represión contra sus familiares presos; víctimas de bandas que se han conformado en las cárceles que han creado su propio “Estado” en los penales, armados hasta los dientes en complicidad con las propias fuerzas policiales que los custodian. La barbarie que se vive en las cárceles es la extensión de la barbarie que a diario se vive en todo el país, principalmente en los barrios pobres, que acumula mas de 140 mil asesinatos en los 12 años de “revolución bolivariana”; que con todo descaro Chávez y sus secuaces llaman la “revolución bonita”!!
Las luchas y movilizaciones que realiza el proletariado son el mejor mentís a la supuesta “revolución” que encabezan las nuevas élites burguesas que gobiernan en Venezuela. Sólo la resistencia de los trabajadores contra los ataques del Estado, en la defensa de sus condiciones de vida y basado en las asambleas que tiendan a unir a trabajadores de diferentes sectores, también serán una referencia para esas masas pauperizadas que ya comienzan a perder las ilusiones en las ofertas de chavistas y opositores.
De esta manera, esos movimientos se inscribirán en los que realizan los proletarios y las masas explotadas en el Norte de África, Grecia, España con el movimiento de los indignados, que indican que el sistema capitalista ya no puede ofrecer futuro alguno a la humanidad; que otra sociedad es posible y necesaria: el verdadero comunismo.
Intermo
30/7/11
[1] Las exportaciones a EEUU crecieron 27,7% en el primer trimestre de 2011 con respecto a igual período de 2010, representando el 49% del total de exportaciones de Venezuela. El 97,2% de esas exportaciones fue de petróleo y sus derivados, realizadas por el estado venezolano. Se observa que el “antiimperialismo yanqui” del régimen chavista tiene mucho de retórica, pues los negocios bilaterales fluyen sin problemas.
[2] Es necesario aclarar que crecimiento del PIB de ninguna manera expresa mejores condiciones de vida para la clase obrera y la población. Tenemos el caso de Perú, que tuvo un crecimiento importante del PIB durante el gobierno de Alan García; sin embargo terminó su gobierno con alta impopularidad debido a los altos niveles de pobreza. De alguna manera los pobres “le pasaron factura”.
[3] Venezuela exporta alrededor de 500 mil barriles diarios de petróleo o derivados (aproximadamente un 20% de la producción) a varios países de Suramérica, Centroamérica y El Caribe, siendo Cuba el principal de beneficiario con 100 mil barriles diarios, quien paga parte de la factura con médicos y “asesores”. Estos acuerdos de exportación generan pérdidas a la estatal PDVSA. Los países beneficiados tienen altas deudas con Venezuela.
[4] Según el Stockholm International Peace Reserch Institute, Venezuela ha destinado $ 33.346 millones en gastos militares durante el gobierno de Chávez. La compra de armamentos a Rusia ha sido de $ 9.400 millones (casi un tercio de los gastos en armamento). El gasto militar habría sido de $114 por habitante en el 2009, el de Brasil 142, Chile 135, Colombia 447.
[5] El Nacional 8/5/11.
[6] Es tal el desorden y la incapacidad del Estado en el área de importación y distribución de alimentos, que entre el 2009 y 2010 se perdieron por descomposición más de 100 mil toneladas de alimentos importados, destinados a suplir los planes populistas hacia los sectores más pauperizados.